¿A quién no le ha pasado que cada cierto tiempo hay una situación nada placentera que se repite en el trabajo?

  • Una mala ejecución de un compañero por la que te culpan por las consecuencias.

  • Una queja no gestionada en el servicio al cliente.

  • Un pleito con el jefe que ocasione un despido injusto e inesperado.

Uy, es horrible cuando te pasan, y la verdad es que molestan demasiado.

Te irritan tanto que puedes pasarte el día entero repitiendo, quejándote e insultando a esas personas en silencio o con tu mejor amigo o tu pareja.

Llenándote de odio y negatividad hasta convertirte en un amargado para los demás.

Y lo peor es que ni siquiera disfrutas de tu trabajo, ni de tu vida personal.

Te sientes amarrado a un lugar solo porque sí, sin poder ser feliz.

Si te ha pasado, quiero decirte que es normal.

No te asustes, ni te sientas mal por ello porque nadie te lo ha enseñado antes.

Es más, en el artículo de hoy te hablaré de una poderosa herramienta para darte cuenta, que tú tienes el poder de elegir cómo alinear tu carrera con tus objetivos profesionales y personales para conseguir el éxito que te mereces.

¿Estás listo?

Fabuloso, empecemos.

Antes que nada ¿qué onda con el autoconocimiento?

¿Qué es eso y para qué te sirve? ¿qué es y qué no es?

A veces pensamos que para conocernos, tenemos que acudir con un psicólogo, un coach o un terapeuta y como no estamos familiarizados con el proceso, creemos que es malo.

Que nos verán mal, enfermos o cosas así.

Y no, para nada.

El autoconocimiento es el proceso de encontrarnos a nosotros mismos.

Es un descubrimiento, más no una adivinanza.

Un trabajo continuo a lo largo de toda nuestra vida, que nos ayuda a evolucionar y a convertirnos en las personas exitosas que queremos ser.

El autoconocimiento no es sentarte a que te digan todas tus virtudes y defectos, ni mucho menos a que te lean las cartas.

Tampoco puedes esperar ir a una consulta psicológica o de coaching para que te digan de manera inmediata todos tus fallos, sin que tú pongas de tu parte.

Es aceptar y ser responsable de tus actos y entender que aunque no puedas cambiar a los demás, sí puedes cambiarte a ti mismo.

Se trata de encontrarte para descubrir tu misión, tus valores, tu esencia y propósito, aunque suene trillado porque tu ‘yo’ de ahora, no es el mismo de ayer.

Te tienes que enfocar en cada paso que das, con cada decisión que tomas y con cada acción que realizas.

Porque al cabo de unos días, meses o años evolucionas tu manera de pensar y de ser.

Todo cambia y lo único que tienes seguro en la vida es eso: el cambio.

Pero, ¿qué implica conocerte a profundidad?

Significa mirarte al espejo y adentrarte en tus cualidades, tus defectos, emociones y pensamientos.

Todo aquello que ves y no quieres ver porque no te gusta, como:

tus límites, tus frustraciones, tus áreas de oportunidad, las dificultades de tu vida, etc.

También supone conocer el contexto en el que vives y te encuentras porque en muchas ocasiones te presentas y te identificas a ti mismo como Juan el Gerente de Operaciones o el padre de Carlos o el esposo de Sofía.

Según donde estés, tendrás un rol que también hable de ti.

Así que para resumir: el autoconocimiento es un lugar donde vas a conocer las cosas que te gustan mucho y las que te gustaría mejorar.

Es muy importante hacer este análisis de manera consciente para ver quién eres sin reprimirte.

Ya que si lo realizas en cuestión de minutos y de forma superficial, corres el riesgo de juzgarte, reprobarte y tacharte a ti mismo.

¿Cómo puedes saber si no te conoces?

No hay una fórmula mágica con la que te pueda decir eso, pero sí una serie de síntomas que te lo pueden indicar.

Por ejemplo:

  • Te quedas mudo en las entrevistas de trabajo.

  • Te aferras mucho tiempo a un trabajo o una empresa que no te gusta.

  • Te enojas por todo.

  • Culpas a tu jefe o tus compañeros de trabajo.

  • Eres demasiado exigente contigo mismo.

  • Te comportas demasiado estricto con tus subordinados.

  • Te duele el despido de tu empresa o el rechazo de otras.

  • Vives bajo el lema «todo lo malo me pasa».

  • Te tomas las observaciones como una ofensa personal.

Solo te dejo algunos de los más comunes, y recuerda: es normal que los experimentes porque nunca te han enseñado a pasar por este proceso.

Por tanto, aún no eres consciente de ello.

¿Cuáles son las consecuencias de no conocerte a ti mismo?

Es curioso, pero podemos vivir toda la vida creyendo que todo lo que hacemos está bien, que no le hacemos daño a nadie o que ya lo sabemos todo.

La realidad es que puedes tener todas las comodidades del mundo gracias a tu puesto de directivo o gerente y ser infeliz en tu trabajo y en tu vida.

🏮¿Alguna vez has conocido a alguien que lo tiene todo y aún así está insatisfecho? 🏮

Bueno, pues esa es una de muchas consecuencias de no conocerte.

  • Otra podría ser pasarte 17 años en una empresa que no te gusta por miedo a buscar otras opciones, acostumbrarte al maltrato de tus jefes o de tus compañeros.

  • Otra puede ser, estar en una empresa que no encaje con tus valores, pero como te pagan bien, ahí te quedas.

Hay muchas más, pero solo te dejo con esas 3, si tienes más puedes añadirlas en un comentario (soy toda oídos).

El punto es que si no te conoces a ti mismo te vas a sentir enojado todo el tiempo porque nunca es suficiente, no has logrado todo tu potencial o te equivocaste de vocación o de carrera y ya no lo quieres ejercer.

Hay que entender que no somos solo una persona o un ser humano, sino que somos un conjunto de partes biológicas, psicológicas, sociales y espirituales.

Somos todo ese paquete completo que no podemos dividir.

Una vez que ya entendiste todo esto, ahora viene lo bueno: las 2 únicas preguntas fundamentales que de verdad importan para avanzar con éxito en tu carrera profesional.

  • ¿Quién soy?

  • ¿Hacia dónde voy?

“Quién soy” implica aprender a no depender de nada, ni de nadie, mientras que “hacia dónde vas” le da sentido y propósito a tu vida con cada paso que das.

Los 3 escalones del ser:

Para ser alguien, tienes que mirar hacia atrás sin tapujos, ni pena.

Mirar todo tu pasado, desde el nacimiento hasta tus experiencias familiares, las personas con quienes conviviste y el ambiente donde creciste.

Luego, anota todas tus experiencias (buenas y malas) que te hayan marcado como algún acontecimiento familiar, personal o profesional.

Por ejemplo: el día que te ascendieron de puesto, el día que nacieron tus hijos, el día que te casaste, el momento en que te graduaste o cuando decidiste estudiar tu carrera.

Aquí también es muy importante hacerlo sin juzgar, porque estoy segura que el día que te despidieron o te quitaron esa promoción, también marcó un antes y un después muy doloroso.

Los sucesos negativos jamás te van a gustar, pero son los que te enseñarán a ser más fuerte en el camino.

Y por último todo lo que estás haciendo en la actualidad.

Como ves, hay un cambio bastante grande desde que ibas a la prepa, cuando entraste a la carrera y obtuviste tu primer trabajo hasta el día de hoy.

Es increíble, ¿no?

Conforme vas respondiendo esta pregunta, ve anotando todos tus acontecimientos y te vas a dar cuenta de todo aquello que eres y que fuiste.

Al tener estos datos, verás lo fácil que es dejar de depender de los demás y de tus circunstancias.

Sobre todo a darte cuenta que tú eres quien tiene el poder de tu vida y no los demás.

Tú decides dónde estar, qué hacer y con quién.

Te vas haciendo más consciente de tus decisiones y así, consigues más certeza en cada paso y etapa de tu vida.

¿Lo tienes? Vamos con el siguiente paso:

Los 3 ejes centrales para crear tu proyecto de vida y carrera

Si ya viste quién eres y todo el bagaje que tienes, ¿hacia dónde vas?

Todo lo que respondas aquí, tiene que tener un para qué, porque así le vas a dar sentido a tu vida y vivirás tu carrera con plenitud.

Si eliges crecer y ser un directivo de alto nivel en la empresa donde estás ahora solo porque tu papá así lo quería o porque tus compañeros lo anhelan, tiene sentido para ellos y no para ti.

Si lo haces, tendrás los síntomas que te presenté hace rato y vivirás sin felicidad.

No tendrías metas, ni ilusiones, simplemente vivirías en el día a día sin cultivar alegría y aquí toman importancia tus objetivos.

Pero no nada más un objetivo de ganar más o ser más feliz.

Eso no funciona.

Tus objetivos deben ser claros y específicos, así como la metodología SMART para evitar la frustración y poder reducirlos en pequeñas metas que te lleven a conseguirlos.

Por ejemplo:

  • En 5 años quiero ser el Director Nacional de X empresa.

  • En 3 años quiero comprar una casa de Z valor en X ciudad y en esta colonia.

  • En 2 años quiero formalizar mi compromiso con mi pareja y formar una familia con 2 hijos.

Estos son los 3 ejes que te sirven de brújula en tu vida y carrera:

  • Objetivos de vida

  • Objetivos personales

  • Objetivos profesionales

Y tal vez yo añadiría una última pregunta de pilón: ¿Con quién voy?

Aunque no lo creas, somos nosotros quienes elegimos con quién formar una pareja, con quién trabajar, con quién tomar el café de la mañana o con quién compartir un Uber.

Nada es coincidencia, pero conforme tengas lo demás, tu camino se irá aclarando.

Liz, ¿y ahora qué hago con todo esto?

Sabía que me lo preguntarías 😉

No te preocupes que para no saturarte, he decidido crear una serie de 3 artículos que te ayuden a convertir tus debilidades en fortalezas y llevarte de la mano para construir tu marca personal, Aquí puedes leer la 2a parte y aquí puedes ir al 3er artículo.

De momento te propongo el siguiente ejercicio:

Cada día (a partir de hoy) anota en una libreta por las tardes o noches tu reflexión acerca de tu comportamiento.

Hazlo en forma de un diario y escribe todo lo que hiciste, cómo te sentiste, si has actuado según tus convicciones o valores, si hay algo que te haga diferente al resto o si hay otra cosa que te gustaría mejorar.

También puedes incluir tus motivaciones y por supuesto, tus límites.

Y en caso de que haya pasado algo malo, no lo omitas, escríbelo.

No tiene que ser una hora, pero por lo menos dedícale 10 minutos al día.

Te aseguro que poco a poco verás un cambio para bien.

Como ya te habrás dado cuenta, en este artículo te hablo de preguntas existenciales que todo ser humano se hace en algún momento de su vida, y para avanzar en tu carrera o tomar decisiones, también deberías reflexionar en ellas.

¿Qué tal te pareció la lectura?

Escríbeme en un comentario cuáles son tus impresiones y si ya tuviste la oportunidad de contestar a estas 2 preguntas a lo largo de tu vida o carrera.

Vamos, me encantará conversar contigo.

Sobre mí

Me llamo Lizette Sarmina y llevo más de 3 años ayudando a profesionistas a crecer y avanzar con seguridad en el siguiente nivel de su carrera.

Trabajamos juntos y de la mano para crear sus objetivos laborales y un plan que los acerque a sus metas profesionales.

Solo así, dejan de buscar empleo y empiezan a atraer mejores propuestas laborales que contribuyan a su desarrollo personal y profesional.

Al final de cada programa, descubren su potencial y crean una marca personal atractiva que comunican con impacto en su currículum, en una entrevista y hasta con cada persona que conozcan en el pasillo de su empresa.

Si tú también quieres dejar huella con tu carrera, cuéntame tu caso por aquí.

Me encantará conocerte y acompañarte en el camino.

Hasta pronto,

Liz.

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